Para esta creación, Brigitte Fischer interroga cuerpos y corazones sobre el tema del trabajo, siempre muy implicada con el ser humano, utiliza escenas de la vida cotidiana para dar sentido a sus coreografías.
«Respira» combina ritmo, la lucidez de la crónica social, el suspense y el humor. Espectáculo sin fronteras, lleno de vitalidad en el que el movimiento y el pensamiento tejen sutiles relaciones para dar felicidad a los sentidos y al espíritu.
Es una visión áspera del mundo del trabajo y de la inmediatez del mundo. Una mirada tanto lúcida como conmovedora, llena de humanidad, de simplicidad y sinceridad.
«¡Respira!» Es como entrar en un universo de infancia y gravedad para dejarse llevar por un torrente de emociones. Siempre en sus espectáculos se mezclan la risa, el desfase, los detalles, el melodrama, la ternura, la generosidad, la rebelión…
Llena de energía esta obra se inspira de la intensidad y de la fragilidad de la vida.
Un universo construido con la energía original de cada intérprete, esculpido por las luces de Didier Borie.
Brigitte Fischer nos hace compartir su visión de su mundo que baila, iluminando nuestro cotidiano con su vigilante mirada.
Espectáculo para todos los públicos, accesible a los niños a partir de 6 años.
Creación – Coreografía: Brigitte Fischer
Intérpretes: Lise laffont, Sylvie Maury, Grégory Bourut
Luces: Didier Borie
Música: Lilliput Orkestra
Montaje sonoro: Olivier Brousse
Prensa
Los tiempos modernos
Claro, ya lo sospechábamos un poco, desde sus precedentes creaciones «Que azul que era el cielo», «Réquiem U 238», «Pequeñas historias dulces y crueles», Brigitte Fischer no es una mujer que sólo nos quiere hacer sonreír. Y tras la aparente ligereza, aquí el tema es la dura ley del mercado del trabajo. Ni una sola palabra, únicamente gestos mecánicos y repetitivos que evocan el ritmo de las fábricas, el estrés de los empleados sometidos a objetivos cada vez más grandes. El cuerpo a cuerpo llenos de tensión, (nos atraemos, nos rechazamos, tenemos ganas de ternura, y necesidad de combatir), juegan con las oposiciones de los sentidos y los registros corporales antagonistas. De esta constante dualidad, el director de juego extrae lo esencial del ritmo del espectáculo que pasa como un soplo.
Todo el mundo tiene derecho a su porción de felicidad, es lo que nos sugieren los personajes.
¡Respira! Nos dice el espectáculo. Y nosotros oímos ¡Resiste! ¡Demuestra que existes! Y en estos tiempos, ¡sienta bien!
FLASH HEBDO TOULOUSE – Cécile Brochard